jueves, 19 de agosto de 2010

Recorriendo Bellavista y sus alrededores

La intersección de las calles Bellavista y Pio nono, no es solamente una vía de puro carrete y diversión. Sino que también cuenta con un espacio para la recreación, el esparcimiento y un ambiente mucho más familiar. Pero la calle Pio nono tiene un sinfín de historias y anécdotas. Tal como lo retratan quienes han vivido por años en el barrio y otros, los cuales llegaron hace poco y ya tienen sus impresiones.


Por Stephanie Arellano


La tarde del dieciocho de agosto a las tres de la tarde y cruzando el puente Pio nono, un gran edificio es lo que primero se impone. Es el Campus Bellavista de la Universidad San Sebastián. En las afueras hay gran cantidad de jóvenes reunidos. Al preguntarles a tres de ellos sobre cuál es la visión que tienen del barrio en el que estudian y cómo ocupan el espacio que tienen. Estos tres estudiantes de segundo año de Kinesiología responden, “acá es súper seguro en el día, pero después de las 19 horas es complicado. A mí, por ejemplo, me asaltaron el día del último partido en que jugó Chile en el Mundial de Sudáfrica. Y los días que salgo a las 10 de la noche, me voy casi corriendo al metro”, señala Diego Jiménez. No obstante, la otra estudiante le rebate. “Pero si andas con cuidado, obvio que nada te pasará. Además hay muchos lugares para ir a tomarse un café”, añade María José Troncoso. Y la otra estudiante, Soledad González comenta que, “este barrio tiene cosas que se complementan. Además en todos lados te asaltan. No hay que estigmatizarse por lo que nos dicen las noticias”.

Siguiendo el recorrido por la calle Pio nono, un sinfín de bar tender sale al acecho de todos los transeúntes para ofrecerles las promos de la tarde, en especial si eres estudiante universitario. Y en una de las mesas que se encuentran afuera del local, acompañada de una soleada tarde. Un grupo de brasileños residentes en Santiago desde hace cinco años, comentan que “sin lugar a dudas éste, (barrio bellavista) es uno de los lugares más seguros para reunirse con sus coterráneos y conversar sobre variados temas”. Además, “si el día está rico, mejor es la excusa para juntarnos”, añade Fabio.

Sin embargo, en el frontis del Parque Metropolitano se encuentran varios puestos de artesanías y otros que venden peluches de los más variados diseños. Es en el segundo puesto donde se encuentra la señora Paula Galarce. Una vendedora muy amable que al responder unas preguntas se ve interrumpida por las preguntas y ventas a unos niñitos de un colegio de Macul, de uno de sus peluches más insignes. El tradicional muñeco que nos ponemos en la mano. Comenta que tiene 60 años de vida aquel juguete.

Ahora bien, al preguntarle sobre el barrio bellavista Galarce responde. “Este es mi lugar de trabajo y donde vivo desde hace años. Toda mi familia ha vivido acá. Además este lugar, en 1800 aproximadamente, era conocido como la Chimba (nombre dado al sector norte del Santiago de Chile colonial, dedicado a labores agrícolas y poblado desde el periodo prehispánico por familias indígenas) o decir que mi casa tiene más de doscientos años y eso era un orgullo para uno”. Pero uno de los puntos que destaca, es que con la llegada de las universidades, éstas vinieron a revivir el ambiente. “Puesto que en los 80´s este barrio era muy fome. Y si querías hacer algo, había que ir a otros lugares más lejos”.

No obstante, Paula hace un llamado de atención al comentar que “si bien, actualmente, hay muchos carabineros resguardando el sector, lo que les hace falta son mayores facultades en contra de los antisociales”. Y que haya una mayor capacitación en distintos idiomas, tanto para carabineros como para los propios comerciantes. “De esa manera se fomenta más el comercio, porque a los turistas les gustan las anécdotas de acá. Y necesitamos saber el idioma. Yo por lo menos, me defiendo con el portugués, pero si me hablan despacito”, añade entre risas Galarce.

Es así como el lado cultural del barrio bellavista, claramente tiene un gran potencial y extiende una invitación tanto a santiaguinos y extranjeros para que recorran sus calles, parques, plazas restaurantes y monumentos. Cuenta con lugares que llaman a gritos ser visitados y explorados a fondo por los visitantes.